A dos años del 7 de octubre: entre la memoria y la hipocresía

Han pasado dos años desde el 7 de octubre de 2023. Dos años desde que el terrorismo volvió a mostrar su rostro más cruel, y desde que buena parte del mundo decidió mirar para otro lado.

Esa mañana, mientras millones celebraban una de las festividades más sagradas del calendario judío, Hamas cruzó la frontera desde Gaza y desató una masacre planificada con precisión milimétrica. No fue “un ataque” ni “una operación militar”. Fue una orgía de violencia: bebés asesinados, mujeres violadas, familias enteras calcinadas dentro de sus casas. Más de 1.200 muertos y 251 secuestrados en un solo día. El mayor crimen antisemita desde el Holocausto.

Dos años del horror. Dos años de la masacre terrorista del 7 de octubre en Israel.

Recordamos a quienes fueron masacrados y asesinados, abrazamos a los sobrevivientes que hoy siguen luchando por reconstruir sus vidas, exigimos la liberación de quienes aún permanecen secuestrados por terroristas palestinos y honramos a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel, verdaderos héroes que entregan sus vidas por proteger a su pueblo.

No olvidamos. No callamos. No dejamos solos a los nuestros.

Dos años después, las imágenes siguen doliendo. Pero lo que más duele es el silencio. La indiferencia. La inversión moral de un mundo que convirtió a las víctimas en culpables y a los verdugos en símbolos de resistencia.

En las universidades más prestigiosas, los asesinos son pintados como “militantes por la liberación”. En organismos internacionales, las resoluciones siguen equiparando a un Estado democrático con un grupo terrorista. En las calles, las marchas “por la paz” se llenan de banderas que celebran la destrucción de Israel. Y mientras tanto, los rehenes, los que todavía están, siguen bajo tierra, sin que el mundo exija su liberación con la misma fuerza con que exige “alto el fuego”.

El 7 de octubre no fue solo un ataque contra Israel. Fue un ataque contra los valores mismos que sostienen a Occidente: la vida, la libertad, la dignidad humana. Por eso la fecha no puede pasar como un aniversario más.

Recordar no es un acto de nostalgia: es un deber moral. Porque olvidar el 7 de octubre es abrirle la puerta al próximo 7 de octubre.

Israel puede defenderse. Pero el resto del mundo tiene que decidir si también está dispuesto a defender la verdad.

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