CATASTROFE MORAL Y SOCIAL: LA VERDADERA HERENCIA DEL KIRCHNERISMO

El kirchnerismo no solo vació las arcas del Estado, no solo se llevó por delante las instituciones, no solo convirtió a la corrupción en política de Estado: lo que hizo fue mucho más profundo y dañino. Lo que el kirchnerismo destrozó es el tejido moral y social de la Argentina.

Siempre digo una frase que resume esto: “El kirchnerismo hizo de la Argentina un país sin ética y sin moral, donde respetar la ley es la excepción y no la regla”. Porque lo que dejaron como herencia no es solamente deuda, pobreza o inflación, sino algo todavía más grave: una cultura de la trampa, del atajo, del privilegio, del todo vale.

Durante años, los argentinos vimos cómo el poder robaba sin disimulo, cómo los funcionarios se enriquecían obscenamente, cómo la Justicia miraba para otro lado y cómo gran parte de la sociedad empezaba a naturalizar lo inaceptable. Esa es la peor herencia: la pedagogía de la corrupción, el mensaje de que ser honesto te convierte en ingenuo y que lo normal es aprovecharse, acomodarse, sacar ventaja.

El kirchnerismo instaló una lógica perversa: si desde arriba los gobernantes podían violar la ley con impunidad, ¿qué impedía al ciudadano de a pie copiar esa conducta en su vida cotidiana? Así se fue erosionando la confianza social, se rompió el pacto básico de convivencia, y hoy vivimos en un país donde la trampa y la viveza criolla se festejan más que la rectitud y el mérito.

A esa destrucción ética se sumó la destrucción social. Se dividió al país entre “amigos” y “enemigos”, se alentó el resentimiento como combustible político, se enseñó que el éxito ajeno es motivo de odio y no de inspiración. El kirchnerismo no solo robó dinero: robó la idea de comunidad, de pertenencia, de un proyecto colectivo. Nos dejaron enfrentados entre nosotros, desconfiando del otro y debilitados como sociedad.

La postal de los niños en Moreno arrojando piedras contra un presidente es la expresión más cruda de esa catástrofe social. No nacieron odiando: fueron educados en la violencia, en el resentimiento, en la idea de que el adversario político es un enemigo al que hay que agredir. Cuando un país llega a ese punto, ya no hablamos de política, hablamos de un colapso cultural y moral que llevará años revertir.

Podemos reconstruir la economía, podemos renegociar deudas, podemos estabilizar la moneda. Pero lo más difícil de recomponer es el daño moral y ético. Porque una sociedad que ha sido educada en la deshonestidad y en el odio tarda generaciones en recuperar valores sólidos.

Esa es la verdadera catástrofe social que el kirchnerismo nos dejó. No se mide en el INDEC ni en los balances, sino en la destrucción de la confianza, en la degradación de la ética pública y privada, en la moral arrasada de un país entero. Y ahí está el desafío de nuestra generación: reconstruir la Argentina desde lo más profundo, volver a poner la ética y la verdad como cimientos. Solo así habrá futuro.

2 comentarios en “CATASTROFE MORAL Y SOCIAL: LA VERDADERA HERENCIA DEL KIRCHNERISMO”

  1. El entretejido social está desmantelado, años de políticos corruptos manteniendo sus bancas regalando planes, la gente perdió la dignidad que da el trabajo. Tercera o cuarta generación de familias enteras que no trabajan o llaman “trabajo” salir a robar. A los 16 pueden votar, pero no ir presos por no respetar la ley

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