En política, la estrategia de comunicación no es un lujo: es la diferencia entre marcar agenda o quedar en el olvido. Sin embargo, muchos dirigentes cometen errores que podrían evitarse con un poco de disciplina y claridad estratégica. Aquí están los cinco más críticos.
1. No tener metas claras: el riesgo de disparar al aire
Antes de twittear, publicar o hacer un spot, hay que preguntarse: ¿qué queremos lograr? Sin objetivos precisos, cualquier acción es ruido. Muchos dirigentes se lanzan a la comunicación solo para “estar visibles” y terminan con discursos dispersos y mensajes que se contradicen. La visibilidad sin propósito es un desperdicio de recursos y atención.
2. Hablarle a todos y convencer a nadie
No todos los votantes son iguales. Intentar abarcar a todos con el mismo mensaje es como disparar con escopeta: algo puede dar en el blanco, pero mucho se pierde en el camino. El votante urbano, el del conurbano, los jóvenes que buscan cambios concretos… cada segmento necesita un enfoque distinto. Ignorar esto es perder poder de persuasión y relevancia.
3. Reaccionar sin planear: jugando para la oposición
La política actual es un ecosistema de velocidad. Responder a cada polémica o tuit sin estrategia desgasta y confunde. Algunos ministros y legisladores pierden debates en redes porque contestan sin medir consecuencias. Anticipar escenarios y definir prioridades es la única manera de no quedar a merced de la agenda de otros.
4. Perder credibilidad: nada reemplaza la confianza
Una estrategia puede ser creativa y masiva, pero si el emisor no genera confianza, se desvanece. Promesas incumplidas, contradicciones públicas o exageraciones afectan la percepción de cualquier candidato. La credibilidad no se compra con titulares momentáneos: se construye con consistencia entre palabras y hechos.
5. No escuchar: el diálogo es la base
La comunicación política no es un monólogo: es diálogo. Ignorar la opinión pública, las críticas o los intereses de distintos actores es un error letal. Muchos dirigentes lanzan discursos que no conectan y se sorprenden cuando las encuestas caen. Escuchar estratégicamente es tan importante como difundir el mensaje.
Conclusión
Una estrategia de comunicación política efectiva combina planificación, segmentación, coherencia, credibilidad y escucha. Saltarse cualquiera de estos pasos es firmar el acta de defunción de la campaña antes de que comience. En política, incluso los nombres más conocidos pierden poder si fallan en lo básico.
