LA REPÚBLICA CANSADA

No hace falta un golpe para que una república se debilite. A veces alcanza con el desgaste. Con la indiferencia. Con esa fatiga crónica que se acumula cuando la democracia promete más de lo que cumple y protege menos de lo que debería.

En Argentina, la palabra “república” fue usada y abusada por la mayoría. Desde discursos encendidos hasta hashtags vacíos. Se la invocó como escudo, como bandera, como consigna electoral. Pero detrás del ruido, lo cierto es que muchas veces la república fue apenas una promesa a medio hacer.

Las instituciones se desgastan cuando dejan de representar. Cuando se convierten en estructuras formales sin contenido real. Cuando la Justicia llega tarde, cuando el Congreso se transforma en circo y muchos legisladores en “vedetongas”, cuando los partidos se vuelven maquinarias de autodefensa. Cuando todo eso ocurre al mismo tiempo, la gente empieza a desconectarse. A descreer. A cansarse.

Hoy no vivimos un autoritarismo clásico, pero sí algo más difícil de nombrar: un momento en que la democracia formal sobrevive, mientras el espíritu republicano se vacía. Y lo más peligroso no es la amenaza externa. Es la rendición interna. La resignación. El “ya fue”. El “son todos iguales”. El “no sirve de nada”.

No hay república posible sin ciudadanos comprometidos. No hay instituciones que resistan sin una sociedad que las exija, las cuestione y las defienda. Y sin embargo, cada vez somos más espectadores que protagonistas. Más comentaristas que participantes. Más cinismo que convicción.

La república, como idea, todavía está viva. Pero está cansada. No por un líder, ni por un gobierno, ni por un partido. Está cansada por una larga historia de frustraciones, por una clase dirigente que se alejó demasiado de la realidad y por una ciudadanía que, a fuerza de decepciones, dejó de creer que las cosas pueden cambiar.

¿Nos vamos a seguir haciendo los boludos?

1 comentario en “LA REPÚBLICA CANSADA”

  1. Miguel Fransisco Prestofelippo

    Es lamentable lo que Usted expone en la Nota, pero concuerdo en todo el Análisis, para mí, muy acertado,estos 42 años de Democracia, los Únicos que se Beneficiaron,se Benefician y serán los Beneficiados, Son la Casta Política

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