LA TRAMPA DE LA SOBERBIA

La soberbia es el peor enemigo de la razón.
El soberbio no escucha, no debate, no se detiene ni un segundo a poner en duda sus propias certezas. Se cree dueño de la verdad, cuando en realidad está preso de su ignorancia.

La historia argentina está llena de ejemplos de cómo la soberbia derrumbó proyectos y líderes. Porque la soberbia no solo aleja a la gente: ciega, endurece y termina destruyendo todo lo que toca. Un poco de humildad puede construir más que mil discursos soberbios.

Lo ocurrido en las elecciones de ayer debería servir de advertencia para Javier Milei y La Libertad Avanza. Es un llamado de atención de la sociedad. Durante meses, el Gobierno se aferró a un relato triunfalista, convencido de que la lucha contra la inflación, con avances reales, y la redefinición de la política exterior eran suficientes para blindar su capital político. Pero la soberbia impidió ver lo evidente: que la paciencia social tiene límites, que los errores también pesan, y que la política no se construye solo desde la convicción, sino también desde la escucha.

Milei demostró valentía al desafiar a un sistema enquistado. Pero la valentía no alcanza si se convierte en soberbia. Gobernar no es gritar más fuerte, ni imponerse por desgaste. Gobernar requiere comprender que, incluso con razón en ciertos diagnósticos, nadie posee toda la verdad. Y que una sociedad cansada de décadas de frustraciones no tolera que la esperanza se transforme en arrogancia.

El resultado electoral no significa una derrota terminal, pero sí es una señal inequívoca: la soberbia puede matar al proyecto antes de que sus logros maduren. Milei todavía tiene la oportunidad de rectificar. La humildad no es debilidad: es la única manera de transformar el ímpetu inicial en un legado duradero.

Argentina no necesita un líder encerrado en su propio eco, sino un presidente capaz de escuchar incluso a quienes lo critican. La soberbia divide; la humildad une. Y solo uniendo se puede construir un futuro distinto.

8 comentarios en “LA TRAMPA DE LA SOBERBIA”

  1. Suscribo absolutamente. Lo mejor que podría hacer Milei es tener un grupo de personalidades notables pensando una Argentina de cara al futuro. Como un grupo de jajamim que no sea obsecuente ÿ sea su contacto con la realidad. Ojalá pueda hacerlo. Merecemos un país en serio…..sin populismos

  2. Excelente,
    Lo grave es que el Gobierno/Presidente parecieran No haber entendido nada, en apariencia una Inexplicable Estupidez se ha Apoderado de ambos.
    Estamos frente a una Oportunidad Única de cambiar la historia de nuestra Nación y sería un crimen desaprovechar ésta Oportunidad.
    Rodearse de «Puros» sin ninguna experiencia/capacidades es tan peligroso como hacerlo con «Conversos de dudosa Moral».
    No basta con que un Gobierno/Funcionario sea Honesto..también debe parecerlo.
    La falta de reacción ante ciertos hechos, la inacción ante algunos reclamos, la tozudez insana inevitablemente nos llevaría a un nuevo fracaso como Nación. Roguemos a dios que ésto no ocurra nuevamente. Argentina o los Argentinos No podemos «volver a empezar».

  3. Excelente análisis, igualmente siendo una ciudadana común que lejos estoy de la política, no entiendo como el presidente no está asesorado, como el círculo más cercano no lo aconseja?. Entiendo que el personaje rebelde compró a muchos jóvenes y el rumbo político economico a los adultos pensantes, pero quedarse en gritos e insultos no logra nada, ya está visto. Sin consenso de aliados no va a conseguir nada y si vuelve el Kirchnernarco seguiré a mis hijos a Israel.

  4. Adriana Rebeca Strupp

    Un pensamiento muy claro que, de paso, aplica también a las relaciones personales en los matrimonios, amistades, sociedades, escuelas. comunidades, etc. etc. etc.
    La soberbia o la incapacidad de escuchar a la o las otras personas, siempre llevan a un callejón sin salida.
    Gracias Dani por ésta y todas tus entregas!
    Te abrazo!
    Puppi

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